Y cuando nada de esto sea posible, dice el profesor parado frente a mí, mientras yo lo observo con aire estúpido y pensando en el hambre que siento desde hace ya más de una hora, cuando nada de esto sea posible, nos comeremos la carne a dentelladas. Francamente ya no sé si es mi hambre.
*
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario